miércoles, 29 de abril de 2020

HEIMDALL y los efectos del COVID19










Todos hemos sufrido de un modo u otro el efecto de la pandemia provocada por el COVID19.

En este post os contamos de qué forma el Proyecto HEIMDALL ha contribuido a ayudar al personal
sanitario y a concienciar al alumnado sobre cómo podemos aplicar lo aprendido en experiencias como esta.

Durante las primeras semanas del confinamiento, desde la coordinación del proyecto, se tomó la decisión de poner todos nuestros conocimientos sobre impresión en 3D al servicio de varias iniciativas de fabricación de elementos de protección (pantallas de protección).

En Andalucía surgió la iniciativa CV19_FAB-ANDALUCÍA y a nivel provincial CoVid19MakersJaén, que comenzaron a aglutinar MAKERS deseosos de colaborar. Paralelamente, movimientos a nivel  local/comarcal también se pusieron en marcha de cara a la fabricación y reparto de estos elementos.

Los inicios fueron realmente complejos pues nada estaba claro sobre cómo organizarnos eficientemente, qué elementos imprimir, cómo distribuirlo, la desinfección de lo producido, la gestión de la demanda, cuántos productores éramos, etc. Poco a poco, fuimos dando forma entre todos al deseo de ayudar de la manera que pudiéramos.

Los canales de comunicación fueron grupos de Telegram y Whatsapp, los móviles echaban humo con cientos de mensajes fluyendo contínuamente. Algunos tuvimos que coordinar durante un tiempo algún que otro grupo y conseguir que todos imprimiéramos los modelos adecuados, conseguir una producción aceptable o que fuera realmente útil para nuestros sanitarios, personal de seguridad, transporte, protección civil, etc.

Las primeras dificultades surgieron cuando comenzó a necesitarse materia prima para la fabricación. Las pantallas debían ser impresas en 3D con material PLA (cuya composición era capaz de soportar una posible desinfección con agua y lejía), se necesitaban acetatos A4 con un grosor determinado para que su capacidad de protección fuera adecuada y por último, goma elástica para poder fijar la visera a la cabeza.

Mientras tanto, entre directo y directo online, el alumnado que participaba en el proyecto recibía información de cómo se estaba a llevando a cabo esta iniciativa. Se les informaba sobre qué modelos se estaban imprimiendo, las incidencias y cuestiones a destacar de la impresión en 3D, el ritmo de producción, la naturaleza de los materiales y se les concienciaba de la importancia de adquirir conocimientos en esta materia de cara al futuro, así como valorar su utilidad en estos tiempos difíciles.

Una gran cantidad de impresores disponía de bobinas de PLA en casa, pero era de esperar que esta cantidad de material no sería suficiente. Así mismo, ¿quién disponía de acetatos o goma en casa en cantidad suficiente? efectivamente, prácticamente nadie. Fue entonces cuando comenzaron los pedidos de acetatos a las papelerías (que por entonces eran de los pocos comercios que aún prestaban servicios) y donaciones particulares de rollos de goma.


Comenzó entonces a diferente ritmo la impresión de las pantallas. La duda era si el modelo que cada uno de nosotros estaba imprimiendo era adecuado, resistente y eficaz. Las consultas y consejos sobre temperaturas de impresión, grosores, distancias, retracción, etc se sucedían en los grupos. A través de mucho ensayo y error se iban consiguiendo productos cada vez mejores. Aunque alguna que otra impresora comenzaba a fallar.



Las horas de impresión continuada se sucedían. En los grupos de Télegram éramos aproximadamente 1860 y 340 miembros respectivamente en Andalucía y Jaén. Cientos de impresores vigilaban sus impresoras día/noche y esta industria MAKER estaba produciendo por fin a un ritmo más o menos constante. Cada semana se recopilaban decenas de pantallas de protección que posteriormente eran entregadas en los centros que más lo necesitaban.

Toda la comunidad MAKER colaboraba, ayudándose unos a otros, ofreciendo sus conocimientos, consejos y experiencia. Más de uno hemos hecho un máster en impresión 3D y aprendido mucho más de lo que sabíamos.

Al mismo tiempo, en la zona de Linares-Úbeda, una de las empresas punteras en impresión 3D llamada SICNOVA situada en el Campus Científico-Tecnológico de Linares, toma las riendas de la iniciativa MAKER y se pone en cabeza para liderar la fabricación. Se ha encargado de hacer llegar material de impresión a los diferentes impresores que lo solicitaron y de coordinar parte de la logística.

En un principio SICNOVA ofreció una web para facilitar la gestión de la oferta-demanda, pero fue algo más tarde cuando la empresa Software DELSOL pone a disposición sus conocimientos para crear un servicio más potente para que esta gestión fuera mucho más eficiente.

Poco tiempo después, varias empresas, institutos (IES Los Cerros, IES Jándula, IES Fernándo III, etc) y ayuntamientos estaban cooperando en la fabricación de diferentes elementos de protección o en su reparto en hospitales, centros de salud o residencias de mayores.

Las fotografías de nuestros sanitarios haciendo uso de estas protecciones nos daban más y más aliento para seguir imprimiendo, para continuar vigilando nuestras máquinas a casi cualquier hora para asegurar que todo iba a salir bien.

Hasta que un buen día, la impresora del Proyecto HEIMDALL comenzó a imprimir cada vez peor, la boquilla del extrusor se obstruía con más frecuencia y finalmente, nuestra producción se detuvo. 




Esta avería tenía una solución que requería desmontar todo el cabezal de impresión y cambiar varias piezas importantes. Y así se hizo, pero con tan mala fortuna que tras la primera reparación surge una segunda avería de la que conocíamos su solución.



Tras un largo proceso de reparación y ajuste, con el mayor de los cuidados, en la última vuelta de tuerca ¡crack! la pieza más importante se parte y queda totalmente atorada, cuestión que sólo tenía una posible solución: pedir una pieza completa nueva y esperar su recepción. Efectivamente, son cosas que pasan y pasan para aprender, sobre todo para aprender.

Como es lógico, era una oportunidad excelente para mostrar al alumnado participante qué averías típicas suele sufrir una impresora de este tipo y cómo solucionarlas. Durante todo el proceso de reparación se realizaron fotografías que después sirvieron para ilustrar todo el proceso, incluyendo aquello que no se debe hacer y que puede (como ocurrió) generar consecuencias negativas en el funcionamiento de la impresora.

Así que, actualmente la iniciativa de fabricación sigue su curso, aunque nuestra impresora se encuentre a la espera de esa preciada pieza para volver a ponerse en marcha y continuar con la misma ilusión con que comenzamos.

Hoy es 29 de abril, estamos a las puertas de la "desescalada" y en breve comenzarán las diferentes fases... 

Esperamos que el trabajo de todos aquellos/as que han querido colaborar haya podido evitar contagios y, aunque sólo haya sido uno, habrá merecido la pena.

Por nuestra parte, todo lo que hemos aprendido será de gran utilidad para los próximos cursos en los que el Proyecto HEIMDALL continúe formando parte del aprendizaje de nuestro alumnado.

Seguiremos trabajando...

P.D.: Pedimos disculpas si en este post no hemos nombrado alguna empresa, institución, centro educativo o colaborador en esta iniciativa, pues al ser tan elevado el número de personas que han querido ayudar quizá no hayamos nombrado a todos los que deberían figurar. Apelamos a vuestra comprensión.




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